Cada vez más populares, las cocinas exteriores ofrecen un espacio acogedor para cocinar y disfrutar del aire libre, pero sin las precauciones adecuadas pueden provocar un gran desperdicio de gas, electricidad y agua. Por ello, hoy es fundamental implementar soluciones para el ahorro energético, contribuyendo no solo a un uso más sostenible de los recursos, sino también a una reducción significativa de los costes de mantenimiento. En este artículo, exploraremos estrategias concretas para hacer tu cocina exterior más eficiente, reduciendo el consumo y mejorando el rendimiento general.
Cómo hacer tu cocina exterior más eco-friendly: 6 consejos prácticos
Actualmente, existen al menos 6 medidas clave que se pueden adoptar para ahorrar energía al poseer y utilizar frecuentemente una cocina exterior.
Elegir electrodomésticos de bajo consumo
Los electrodomésticos son los principales responsables del consumo energético en una cocina exterior, por lo que es fundamental optar por modelos eficientes como:
- refrigeradores con certificación Energy Star, que ofrecen una eficiencia superior del 9–10 % en comparación con modelos estándar;
- barbacoas a gas, que consumen menos que las de carbón;
- placas de inducción, una opción válida si la cocina exterior cuenta con una fuente eléctrica eficiente como paneles solares;
- lámparas LED, que consumen mucho menos que las bombillas incandescentes tradicionales.
Preferir materiales aislantes
Los materiales utilizados en una cocina exterior influyen mucho más de lo que parece en la eficiencia energética. En particular:
- el cemento y la piedra natural retienen mejor el calor, reduciendo la necesidad de energía adicional para cocinar;
- el acero inoxidable es resistente y duradero, pero puede recalentarse con el sol, por lo que se recomienda combinarlo con zonas de sombra;
- un techo de madera o una pérgola con paneles solares integrados no solo proporciona sombra, sino que también puede generar energía para electrodomésticos e iluminación;
- barreras contra el viento de vidrio templado o bambú ayudan a mantener estable la temperatura de la zona de cocción, reduciendo el consumo de gas o electricidad.
Usar fuentes de energía alternativas
La energía utilizada en una cocina exterior puede proceder de fuentes renovables, lo que reduce el impacto ambiental y los costes a largo plazo:
- los paneles solares pueden alimentar refrigeradores, luces e incluso algunas barbacoas eléctricas o hornos de inducción;
- el pellet genera más calor que la misma cantidad de leña;
- si está disponible, el gas natural es más eficiente y económico que el GLP.
Optimizar la cocción
La forma en que cocinamos también influye en el consumo de energía. Por ello, conviene:
- precalentar la barbacoa solo cuando sea necesario, entre 5 y 15 minutos antes de cocinar;
- cubrir los alimentos para conservar el calor y reducir los tiempos de cocción;
- apagar el gas o las brasas unos minutos antes de que finalice la cocción.
Evitar el desperdicio de agua
Para ello, se recomienda:
- instalar grifos con aireador, que reducen el flujo sin perder presión;
- usar grifos termostáticos, que mantienen una temperatura constante;
- recoger agua de lluvia para usos no potables como la limpieza o el riego de plantas;
- usar dos recipientes: uno con agua jabonosa para lavar y otro con agua limpia para enjuagar;
- reutilizar el agua de cocción (solo si no contiene sal ni grasa) para regar plantas.
Automatización y tecnología inteligente
La tecnología smart puede ayudar a reducir el derroche y optimizar el uso de recursos en una cocina exterior con soluciones como:
- enchufes inteligentes, que apagan automáticamente los electrodomésticos cuando no están en uso para evitar consumos fantasma;
- termómetros inteligentes para barbacoa, que controlan la temperatura exacta de la carne o la parrilla, evitando el desperdicio de gas o carbón por sobrecocción;
- sistemas de iluminación automatizados que solo se encienden cuando es necesario.
Ahorrar energía en una cocina exterior no significa renunciar al confort ni al rendimiento, sino adoptar soluciones inteligentes para optimizar los recursos. Desde la elección de electrodomésticos eficientes hasta el uso de energías renovables, pasando por estrategias de cocción y gestión del agua, cada pequeño gesto puede marcar una gran diferencia.